T03x04: «una cuestión auroral» (final)

En este número

  • 1. (Espacio radiofónico) Los trabajos y las horas (los días)
  • 2. (biopic: ‘micro-ensayo épico-trágico’) La cuestión ego/biográfica (self) dentro de la cuestión auroral
  • 3. (—-)
  • 4. (gameplay) Sobre «estar en la zona». De topos (lugares reales, virtuales, no-lugares, autónomos temporales,…) y otras zonas.
  • 5. (diario) «In vino veritas» y, «de los buenos manantiales, los buenos ríos; de padres, abuelos y tíos».
  • 6. (fandango valiente) Un cantar que es proclama (de un hijo a su pare)
  • 7. (codelab) Un entorno no-code (programación visual) + la última propuesta de protocolo para el mundo AgenticIA

1. (Espacio radiofónico) Los trabajos y las horas (los días)

https://www.twitch.tv/videos/2424773658 (Caduca 13 de abril 2025)
https://www.twitch.tv/videos/2426680602 (Caduca: 14 de abril de 2025)
https://soundcloud.com/secretaria-59660175/mi_hora
MiniPics de los 3 elementos fundacionales del podcast (Aurora + Aleph + «The sound of one hand clapping»)
Imagen de captura de pantalla del canal de vídeos donde se están subiendo los archivos.

2. (biopic: ‘micro-ensayo épico-trágico’) La cuestión ego/biográfica (self) dentro de la cuestión auroral

Ghibli. Ejemplo paradigmático de cómo la IA se apropia del contexto/dominio. Construcción de personaje (autobiografía).

Hay una clara diferencia entre programar «in-the-box» o hacerlo «out-of-the-box». Para el primer caso, con Copilot (Eta alli) las cosas se han precipitado una barbaridad. Estuve una jornada viviendo el proceso a cámara rápida que hace solo medio año tardarba 1 semana. Entregué la ficha y subí al repositorio. Cerré máquina y me vine al sofá un momento. Con los ojos cerrados, la cabeza echada hacia atrás y la mano en la frente, me sucedió lo de pasarme por la mente lo vivido en las últimas horas. Viendo la textura de pantallas en mi relación con las horas cubriendo las fases que me han llevado del «initial commit» al «pull request» para integrar la nueva feature. Lo que he visto a cámara ultra rápida es la misma secuencia de fases que, ya digo, podría tardar una semana. Y, por la asistencia IA, in-the-box, todo ha sido vertiginoso. Esto, lector: es dato. Que yo lo viva y te lo cuente: es relato. Lo primero va a misa. Lo segundo, mi doxa, no. ¿Estamos de acuerto en esto?


3. (—)


4. (gameplay) Sobre «estar en la zona». De topos (lugares reales, virtuales, no-lugares, autónomos temporales,…) y otras zonas.

Hace 25 años me «vicié» bastante con las arcade a 25 pesetas primero y a 50-100 después. Había una componente analógica mayoritaria en este «no-mundo» que se tragó tantas horas de mi vida. Las máquinas estaban en bares o salones y acceder a ellos era, tras la puerta, «salirse» del mundo real. La máquina arcade, con sus mandos, botones y pantalla (y ranurita para la moneda, ‘insert coin’), era una fiesta de luces y sonido addenda a ese otro mundo interior de bares y salones.

Alguna vez puntual, por necesidad de «no-exclusión», por obligado interés de lo que «abunda», he accedido a invertir mi tiempo en un espacio estanco como es un juego RPG, por sus siglas en inglés: Role Play Game, traduciéndose: juego de rol. Hay variantes deportivas, shooters, riders,… Soy amante «homo ludens» mi problema con estos juegos nunca fueron los «juegos» sino el hecho de que la mayoría de ellos creaban un nuevo escenario ludita donde un único humano jugaba con la máquina. Para mí el «juego» (menos que una actividad propia de los individuos más jóvenes del grupo) había sido un territorio pactado de consenso donde poder reunirse a simular-alterar la realidad en condiciones controladas y agregando utillería simbólica (tableros, dados, fichas,…). El «juego» era, básicamente, un bien del grupo, mediante el que podía extender hacia «ceremonias» o cualquier otro ámbito «pactado» como las aulas o los escenarios. Estos nuevos juegos humano-máquina creaban una escisión, una nueva forma de actividad que, ya digo, nunca fue de mi agrado. Buscando alternativas, viendo que mis amigos sí pasaban tiempo en juegos de índole similar, encontré los ARG, Alternate Reality Game, juegos de realidad alternativa. La gracia de estos juegos, sobre los otros, es que sus ingenieros y arquitectos debían efundir las lindes de un «mundo estanco» y crear su transmedia sobre la realidad.

En cualquier caso, estuve varias décadas con ojo avizor observando la escena RPG, insisto, sin perder más allá de diez minutos mensuales en el tema. Pendiente. Cuando estalló lo de Cyberpunk 2077 (promocionado por Neo, protagonista de Matrix) me activé buscando en los foros y tomando el pulso a la comunidad. Entendí que la «catedral» estaba en estado «Sagrada Familia» y que debía esperar unos años más. Finalmente, en su última fase, sacaron la extensión tras los parches y el plato estaba preparado. 25 años después, había, otra vez, un «no mundo» lo suficientemente terso y robusto para atraerme.

Mi no-maestro de artes sacras y arquitecturas gnósticas, a.k.a. Dionisio Ramirez, causó en mi no-discipulazgo una profunda querencia por Dionisos. Como todo el mundo sabe: «Apolo es el dios de la luz, el orden, la razón y la música, mientras que Dionisio es el dios de la embriaguez, el éxtasis, el teatro y la naturaleza». La «verdad» espirituosa presente en el vino y otros azúcares fermentados es tan «inasible» que por mucho que uno se acerque a ella, corriendo incluso el peligro de volverse asiduo, nunca aparece estable, determinada y concreta. Por ello causa adición, uno sabe cómo empieza, cómo entra. Pero, como canta R. Mas en ‘El dolor de la Bellesa’: «I ja ho sabia d’altres cops, Que quan l’obres ets un. I ja ho sabia d’altres cops. Que qui torna ja no ets tu. En temps dels tripis, Quan els hippies eren …».

Momentito dionisos… (ver clip: https://www.twitch.tv/escrivivir_dot_co/clip/FitUnusualStingrayHeyGirl-0mo9233KM4qqZ4Br)

Clip recortado en el canal de stream del juego «Cyberpunk 2077» en el que el protagonista otea la ciudad decorado desde una colina y emprende la misión de bajar a comprar alcoholes para regresar al punto de contemplación esta vez con las gafas de Dionisos.

Y vuelta a «la faena» (ver fotograma, abajo).

Al final, la sempiterna pena: «¡¡¡lo que podría haber sido de enfocar todos esos recursos en algo menos vano y trivial!!! El juego se queda en un simple disparar-conducir, con la gracia de los hackeos y el inventario cyberware. He visto gente que se pasa el juego sin pegar un solo tiro o dar un solo puñetazo, tirando de hacks.» Bien es cierto, por hacer justicia al panorama tal cual está sucediendo, basta con agregar una M, por su inglés, multi, a RPG para volver a conectar al individuo, esta vez a través de la red, al grupo, en los, si a lo bestia: «los videojuegos de rol multijugador masivos en línea o MMORPG (sigla en inglés de massively multiplayer online role-playing game.

Fotograma en el contexto de la viñeta anterior en la que el protagonista pilota una motocicleta bajo un mapa en el que se indica el diario de misiones.

5. (diario) «In vino veritas» y, «de los buenos manantiales, los buenos ríos; de padres, abuelos y tíos».

Uno se siente idempotente en la soledad de los meses entre las fechas señaladas en el calendario. Idempotencia matemática en el sentido de «aguantar» sin romperse, producirse a semejanza del día anterior, a pesar de la soledad, del día a día en la distancia. Y, como digo, llegan esas «fechas» y se produce la reunión, la amalgama, el ágape familiar porque desde distintos puntos del Ruedo Ibérico (y otros), los miembros del clan viajan a la casa germinal (que, para mi suerte, es donde dí con mis huesos tras la última debacle sentimental) y, en el bullicio, de repente, en una mesa, catorce o quince copas llenas de vino, un jamocito, unos quesos, una ensaladilla, unos picos, y ahí, en ese momentito de «compadreo», donde los mayores narran con romanticismo y epicidad los diretes que vivieron, y donde los jóvenes inventan y complentan-los-huecos de sus batallitas en la esperanza de lograr la admiración o, mero, la aprobación de la senectude, en esa idea de «pertenencia», de «estirpe», de río de manatial. Esa conciencia de provenir o, al menos llevar la sangre, de las personas que te rodean.

Y, sí, bastan dos o tres copas para que la mayoría de los presentes se suelten del mediocre y cansino lidiar con la rutina, en la celebración, bebiendo, incluso, la sangre de un Cristo al que como ya no se le obliga obediencia, en un contexto laico, aparenta ya, de madera, metal y flores, muñequito, trampantojo. El yo, como unidad, se disuelve en la comunidad, en el grupo, en la piña. Insisto, como lo hiciera Rubi, el poeta: «La uva quiere convertirse en vino».

Así mi domingo de Ramos, 2025. ¡Ah, olvidé: en la mesa de la taberna también había gambones pescados a menos de 100 km! ¡y aceitunas recogidas a menos de 100 metros!

6. (fandango valiente) Un cantar que es proclama (de un hijo a su pare)

Ahora ya, veinte años después, ya entiendo el fandango. De niño mi padre se los ponía y a mí me parecían algo «diferente» con tintes de realidad, de «sustancia», de humanidad y calidad sapiens; en comparación con lo que se nos venía y ya sacaba las orejas cibernéticas, milleniarcito cada vez más fascinado por las luces y cantinelas del mundo digital que arreciaba a finales del milenio pasado.

Uno nunca puede decir que aquello «indeterminista» pueda ser del todo entendido; los fandangos y, en general todos los palos flamencos, están vivos, y si algo de ellos se puede «entender» se entenderá a posteriori, cuando una mirada reflexiva regrese sobre las personas que tocaron o cantaron, palmearon o bailaron, para extraer «patrón», «canon» o «norma» más allá de unos «aliños» habituales o unos «armazones» de compás más o menos 3×4, más o menos dándole vueltas a la cadencia andaluza por arriba o por en medio.

En cualquier caso, lector, respecto de aquel bumburiano y heroico-silencioso «todavía podemos ser libres en una canción», me consta que cuando «estos» se aupan en duende y giran la rueda del cante flamenco: se liberan.

Y si, no todos lo hacen, sí el caso que hoy nos ocupa en esta reseña, además, si llenan la semántica de las palabras que usan mentando las «caenas» y los «grilletes», a quienes los portan o a quienes los ponen, entonces son un canto emancipatorio, una oda a la liberación.

De los buenos manantiales…

Video que colgó ayer el hijo de «El Cabrero» (acompañado a la guitarra) cantándole un fandango valiente a la memoria de un cantaor que siempre enarboló «la palabra» proletaria. ¡Aurora (en el delirio)!

7. (codelab) Un entorno no-code (programación visual) + la última propuesta de protocolo para el mundo AgenticIA

Me doy con un canto en los dientes de cómo pasé este domingo de finales de abril de 2025. Esta línea temporal, en una sesión de código asistido por IA da como resultado un proyecto bastante sugerente que, en el límite, podría hasta incluso dar pie a futuros desarrollos. No te lo pierdas, lector. Ya sea con fines puramente devOps o por mera curiosidad.

https://jsanchezamai.github.io/blockly-mcp-common-palette/

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MCP Blockly Studio

Un entorno de programación visual para crear aplicaciones basadas en el Protocolo de Contexto de Modelo (MCP) utilizando Blockly de Google.

Descripción general

MCP Blockly Studio proporciona un enfoque basado en bloques para construir aplicaciones que siguen la especificación del Protocolo de Contexto de Modelo. El proyecto utiliza el SDK de TypeScript para MCP para crear servidores, clientes y otros componentes compatibles.

Los usuarios pueden:

  • Crear servidores MCP con varios recursos y herramientas
  • Construir clientes que interactúan con servidores MCP
  • Configurar diferentes tipos de transporte (stdio, HTTP con streaming)
  • Implementar autenticación, notificaciones y solicitudes
  • Probar con proyectos de tutorial incorporados
  • Exportar el código JavaScript generado

Proyectos de tutorial

MCP Blockly Studio incluye varios proyectos de tutorial:

  1. Servidor Eco: Un servidor MCP básico que devuelve los mensajes enviados por los clientes
  2. Cliente del Clima: Un cliente MCP que se conecta a una API de servicio meteorológico
  3. Asistente de Tareas: Un servidor de gestión de tareas con autenticación OAuth
  4. Generador de Imágenes: Un servidor que genera imágenes con notificaciones de progreso

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